Día #2
Empezamos el viernes muy pronto y muy fuerte. La verdad que se hace un poco duro enfrentarse al calor de las 14:00h sabiendo que queda todo un día por delante, pero fue muy gratificante el esfuerzo, porque la banda que se encargaba de abrir el día en el stage 3 era Rosy Finch, y ya sabemos cómo son los directos de esta pedazo de banda alicantina. Un sonido entre el grunge y el sludge más furioso que te empujan con cada riff. Emanan rabia y ruido, que es lo mejor para comenzar un fin de semana.
Seguíamos con el trío 24/7 Diva Heaven, procedentes de Alemania y que para mí fueron un gran sorpresa. Menuda manera de generar el caos y de hacer una actuación tan divertida y potente. Personalmente siempre agradezco algo de punk, esté en el festival en el que esté y las alemanas me dejaron vibrando a la espera del siguiente concierto.
Nos movimos al main 2 para ver a Lunavieja, grupo que causó bastante buena impresión entre el público pero que a mí no terminaron de convencerme. Una actuación a medio camino entre el doom y la performance. Empezaron muy bien recordándome a Monolord con un riff muy pesado y una voz muy onírica cargada de reverb, pero me distancié por completo con el show y la mística, a lo cual no le resto valor y admiro la propuesta.
Nos movimos para ver a TheMachine al mainstage y a pesar de tener un directo potentísimo y sonar a puro noise sin fisuras, lo sentí como un concierto muy de transición por la hora que era. Me hubiese gustado disfrutarlos más entrada la noche. Aún así, movimos mucho el cuello con los pasajes desérticos de este trío holandés en el que no pude de dejar de mirar la Alef de David Lebowski, ¡qué preciosidad! De esta máquina tan bien engrasada pasamos a los que para mí, y con todo el perdón de bandas como Witch o ElectricWizard, se llevaron el directo del día: Green Lung. La banda británica era una de las que más deseaba ver de este cartel y mi sorpresa fue que pasasen tan desapercibidos cuando este se anunció, sabiendo lo que son capaces de hacer.
Venían presentando el album “Black Harvest” y empezaron el concierto como si le hubiésemos dado al play al disco. “Old Gods”, “Reaper´sScythe” y la increíble “GraveyardSun” generaron el gran aquelarre de la tarde. Consiguieron embrujar a los que nos apilábamos en el main 2 dejando claro que “…a littledeathneverhurtanyone”. No había paradas técnicas esta tarde de viernes, pues lo que tocaba ahora era disfrutar de la banda británica PigsPigsPigsPigsPigsPigsPigs. Los de Newcastle dieron un directo increíble dejando fluir el noise, stoner, doom que tan bien integran en sus cortes. Se vaciaron en cada canción sin pensarlo dos voces.
Fue tal el despliegue enérgico que su cantante, Matt Baty, haciendo alarde de su humor británico se disculpó por no soportar las temperaturas peninsulares y tener que tomar aire entre canción y canción. Eso sí, se aventuró a ser partícipe del caos con un poco de crowdsurfing. Para recuperarnos de esta actuación, nos vino bastante bien nuestro segundo encuentro con El Perro, un tinte mucho más tranquilo de rock clásico y tonteos con el soul-funk.
Los disfruté más el primer día porque lo sentí más íntimo, pero es innegable que en tema de sonido, el salto al main 2 se notó bastante. Tras esta nueva formación liderada por Griggs, veíamos a una de las bandas con mayúsculas del viernes: Frankie and theWitchFingers. Para toda la gente que ya veníamos sabiendo quiénes eran, esperábamos un gran directo, con mucha energía, psicodelia y diversión. Y eso nos entregaron, pero sorprendiendo con la manera en la que lo lograron. Un sonido perfecto con una conexión entre miembros casi mágica y un carisma arrollador.
Personalmente, siendo muy fan de esta banda, me sorprendió lo nítido y equilibrado que sonó todo, acostumbrado a su característico fuzz sucio en disco, y esto sirvió para que pudiésemos apreciar todo su talento mucho mejor. Nos movíamos al main 2 de nuevo para ver un rato a Conan, a los que ya había visto en otras ocasiones y siempre me dejaban un poco meh por la voz. Y me volvió a ocurrir.
Es un grupo que prefiero escucharlo en disco porque lo disfruto más y a pesar del muro sónico que crearon no terminan llenarme lo que podría esperar. Sobre las 22:00h comenzamos con Witch, uno de los platos fuertes que se esperaban este día. Sabíamos que no íbamos a ver a J Mascis pues estaba de gira con Dinosaur Jr. y eso me desanimaba un poco. La verdad que me dejaron un poco tibio. Sonaron bien, correctos, pero sin mucho alarde: disfrutables.
Tras ver a Witch, rápidamente nos situamos junto al main 2 para saludar a nuestros conciudadanos Moura. Los coruñeses dejaron el listón muy muy alto con su psych-rock. Magia pura llena de folklore galego, creando otro de los grandes aquelarres del día. Cumplieron con creces dejando la puerta abierta para que pasasen los grandes cabezas de cartel de esta edición del SonicBlast: Electric Wizard. Medianoche, todo teñido de rojo y el ambiente no podía ser más acorde.
Todos los relojes se ralentizaron durante una hora larga, aferrados a los potentes y pesados riffs de los ingleses. Se palpaban las ganas que todo el mundo tenía de disfrutar de esta banda y JusOborn no defraudó. Cada intro de guitarra introduciendo la base que dominaría la canción de manera tan característica se coreaba por la multitud. Un ritual de doom metal oscuro, misterioso y visceral que consiguió unir a toda la gente bajo una opinión unánime: ¡Menuda experiencia! La atmósfera que crearon fue brutal, pero aquí pude experimentar una de las fallas más importantes de la organización.
No había manera de salir de la multitud por ningún lado, pues al disponerse el recinto del festival como un pasillo cercado por los laterales, solo se podía salir avanzando en dirección contraria al escenario. Esto ocasionó algún desvanecimiento por el calor y la aglomeración, que afortunadamente se quedaron en pequeños sustos. Tras disiparse la gran masa que atrajo Electric Wizard, dieron comienzo Kaleidobolt, otra de las apuestas de SvartRecords, que tenían un papel muy muy complicado: mantener a la gente enganchada tras la actuación más grande de esta edición. Este poderosísimo trío de Helsinki venía presentando “Thisone simple trick”, disco que me había sorprendido para bien por la fuerte unión de la psicodelia, el rock 70s y el heavy clásico. En directo no defraudaron, hicieron una performance de impresión y terminaron por quitarme la poca energía que me quedaba.