Rock Galicia le da pelota a los conjuntos nuevos y hoy lo vamos a demostrar quitándole el celofán a esta placa recién salida del horno. Frente a la máquina de escribir y disfrutando un buen wisky sin hielo estoy listo para contarles qué me ha parecido Under control, el album debut de Beast Inside. En un unboxing lo primero que se aprecia y merece reconocimiento público es la maravillosa portada, ilustración de Julio Romero. Ahora sí… a escuchar… Bueno, aunque no supera al terror que provocó en su momento escuchar el comienzo de Smells like children de Marilyn Manson, la sierra eléctrica y la risa psicópata son un buen punto de partida para cortar el arpegio siniestro que abre paso al poderoso riff inicial de las Faces of death que abren esta ópera prima de una banda asturiana que se las trae.
Como soy técnico de sonido estoy escuchando este disco en mi casa aunque con monitores de estudio profesionales, pequeños eso sí, y -comparados con otros discos- no puedo evitar sentir cierta decepción con el color y cuerpo de la batería. Esto es algo que me ha pasado con algún que otro disco de Metallica. ¿Sound replacer? ¿Drumagog? Algo pasa ahí, que suena demasiado “bajo control”. Falta mugre, armónicos, mas frecuencias graves.
El redoblante está bien, tiene una reverb extrema aunque controlada, cierra cuanto tiene que cerrar, no molesta. Aunque el bombo flaco no acompaña el poder de una banda que, casi diría, suena mejor en los vídeos de aire piratas que podemos encontrar en Youtube de presentaciones en directo, interpretando por ejemplo Unpunished, otra canción de este mismo CD. Nobleza obliga, reconozco que esto mejora -mucho- si usamos cascos, así que recomiendo escucharlo así. O con altavoces grandes.
El Brainwash, track 2, es una confirmación de que el fuerte de esta banda parece que serán los riff con armonías elegantes y las letras cuidadas, algún que otro efecto acertado, un pedal doble o doble bombo que compensa con el talento del instrumentista la falla de la mezcla que mencioné ut supra. ¿Qué decir del sólo de guitarra? Encantador: a partir del minuto 3:00’ de repente todo se eleva, incluso a nivel de tonalidad y escalas, la canción toma una dimensión, transportándonos a Arabia si se quiere para ceder la posta a un bajo exquisito… la última vez que disfrute así una grabación de bajo creo que fue con Nevermind de Nirvana.
Y si el cerebro quedo lavado, ya no nos queda escapatoria… No scape da un paso más allá en cuanto ariff, la batería punk acompañando de una forma inesperada el inicio. Algo que me gustó mucho de este tema y ha sido el manejo de los silencios. Todo está calculado, los arreglos casi que parecen escritos, todo bajo control… sin duda. Y eso me gusta, soy de la vieja escuela de las bandas que ensayan arreglos y estamos ante un grupo así, y eso se nota.
Y mencioné antes Unpunished, el track 4, acaso el mejor -al menos para mi gusto-. Se repite la fórmula de arpegio inicial aunque más cálida, con la presencia del bajo. Dije antes que las letras están guay, y me gustaría comenzar a destacar las banderas de protesta social que flamean a lo largo de este álbum, con frases como “Justice dance the sound of dirty money / A snake that always bite the undressed people”. Me pregunto por qué en España los conjuntos graban en inglés.
Algo que en sudamérica, en Argentina en particular, quedó superado ya hace tiempo. No me imagino a Almafuerte componiendo en inglés. Comprendo a los grandes metaleros que vienen arrastrando cierta tradición anglosajona, sin embargo, cuando aparece un conjunto nuevo cantando en inglés, pienso “¿por qué no se animan?” al castellano o a su lengua natal, hay que animarse más.
De Warchild rescato los arreglos hiper veloces de la batería. Gracias a eso el tema mata. Y, otra vez, la letra maravillosa: “Broken toys of the powerfull ones / Collateral damage in a wrong place we born”. Mientras la guerra siga existiendo, estas canciones serán necesarias. Beast Inside, en ese sentido, me recuerda a Lennon. ¿Una banda metalera pacifista? ¿Por qué no?
Y se va todo a la mier… con Fuck em all, ya desde el título, claro está. ¿Hay pogo en Asturias? Espero que no (buscar “pogo” en Wikipedia). ¡Que bien y que clara suena la voz!, volviendo a Nirvana… ¿me parece a mi o este albúm coquetea, por momentos y de manera sutil, con el grunge de los ‘90?. Me fascina que se graben cosas así a nivel nacional.
Y las bestias atacan… con su Beast attack, track 7. LA MEJOR INTRO DEL CD. Lo digo así, con mayúsculas. La nota final la podía haber compuesto Bach en la época en la que no existía el piano y habia que jugar con el sostenido inmediato de la nota final para simular una redonda en el clavicordio. Los Beast Inside son músicos, no queda duda. Y vamos al segundo gran sólo del album, a partir del minuto 02:20, pasa de un clásico homenaje al solo mas famoso del metal para rematar con las yeites del blues. Este disco lo tiene todo.
Con Rissing from the dark nos vamos acercando al final de un ábum que parece va a durar menos que el contenido de mi vaso. Me pregunto si esto estará editado en vinilo también, por la duración lo parece. Luego de un minuto de introducción sin pretensiones, la idea de que se trataría de un tema instrumental es interrumpida por una frase que reza “Walking through your darkest days / with your eyes fixed on the ground / You don't listen what they say /You're ignoring all around. ”... que en castellano sería algo así como "Caminando en tus días oscuros / con los ojos fijos en el suelo / no escuchas lo que dicen / estás ignorando a todos al rededor" y sigue "While you think you've finished here / covered in stinky mud / you are struggling not to sink / looking for a rope to hold onto.", "Mientras crees ya terminaste aquí aquí / cubierto de lodo apestoso / luchas por no hundirte / buscas una cuerda a la que agarrarte."... el optimismo ante la derrota misma de quien se siente acabado, triste, solo y quizás no se da cuenta de que no es así: ignora a quienes le hablan... lo que quiere decir que alguien le habla, solo, sola no está.
Los días oscuros que todos/as tenemos y que terminan cuando vemos la famosa luz, que es bien real, no es celestial como en los testimonios paranormales, sino que se trata de una luz de fuego ardiente. Aquello que buscamos cuando nos sentimos abatidos: el fuego. El rock tiene que ver con eso, luego alguno que no escucha rock hará yoga, no lo sé, yo cuando estoy en mis días oscuros prefiero ir a un bar y eso se parece más al fuego, claro que sí.
Y el fuego nos lleva entonces al final y todo termina, como siempre… en una guerra. War, track 9, último del disco y que suena a rock progresivo. El juego stereo, como en la guerra, delimita dos bandos claramente definidos en las bocinas de los altavoces… dos bandos iguales, ese es un detalle importante. El paisaje sonoro con que Beast Inside describe a la guerra la pinta de cuerpo entero con notas definidas, nítidas, con buena fotografía.
Luego de la primera frase cantada la batería se torna compleja y eso es algo que me gusta, a quien no le gusta el virtuosismo aplicado al conjunto de la canción y este es un claro ejemplo de esto. Aquí no hay músicos que se enganchen en la suya y aburran al resto: todo está pensado para que la canción obtenga sus ingredientes en la justa medida. Incluso, en este caso, el puente de guitarras que sorprende, porque nos toma desprevenidos. Ojalá la guerra fuera así de bella. La guerra es horrible, así y todo, tiene cierta trascendencia a nivel estético… vamos, que se han hecho películas sobre guerra, es casi un género más. Y canciones. Un ejemplo nomás de la riqueza lírica con la que grátamente me encontré, vale la pena escuchar estas cosas con calma.
Veredicto: ¿me compraría este CD?
A ver… sería un desagradecido si digo que no, ya que la verdad es que siempre quise ser crítico de rock para que me regalen discos. Y cuando recibí este álbum en mi correo, me alegré mucho. Objetivamente: sí, lo compraría, y me gustaría escucharlo siguiendo las letras. Lo escucharía siempre con auriculares. Honestamente, es lo mejor que escuché en meses así que se los recomiendo.